
Esta semana está quedando claro que la MAGA no sólo aspira a mandar, sino a pensar por ti. Ha dejado de lado los disfraces sutiles y actúa ya como si fuera la guardia moral del pensamiento. La revocación de visas por comentarios en redes sociales, las nuevas reglas de acceso de la prensa al Pentágono, las patrullas de ICE fuera de iglesias… todo esto forma un patrón muy claro: una ofensiva contra la libertad de expresión, de prensa y de religión.
El Departamento de Estado anunció que revocó visas de al menos seis personas por “celebrar” el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. (CBS News) Quienes están detrás son ciudadanos de México, Argentina, Paraguay, Sudáfrica, Brasil y Alemania. (The Free Speech Center) Ahora se afirma que estos casos son solo la punta del iceberg: el gobierno dice que sigue identificando extranjeros cuyos comentarios online “cruzan la línea”. (The Washington Post) Pero esto no es algo inocuo: pone en tela de juicio protecciones del Primer Enmienda, pues castiga el discurso político con una sanción migratoria.
Simultáneamente, el Pentágono impuso nuevas reglas bajo las cuales los medios que no firmen un documento reconociendo esas reglas serán expulsados o perderán acceso. (The Washington Post) Reuters, The Washington Post, AP, The Atlantic y otros medios se negaron a firmar. (Reuters) Esta maniobra busca amordazar una prensa independiente, especialmente aquella que es crítica con la administración.
Por si esto fuera poco, en Chicago se denunció que agentes de inmigración (ICE) —vestidos con camuflaje— “rondaban” afuera de iglesias católicas. (AP News) Vecinos reportan que algunos feligreses tienen miedo de salir a misa, y se organizan cadenas humanas para protegerlos. (AP News) Mientras tanto, líderes religiosos que intentaron ir a dar comunión a detenidos fueron rechazados por autoridades. (AP News) Este tipo de acoso tan explícito no es mera exageración: es hostigamiento del poder sobre la fe.
Y mañana —sí, mañana— se realizará la protesta nacional “No Kings”, con miles de eventos en más de 2,500 ciudades. (AP News) En Chicago habrá una marcha desde Butler Field, Grant Park, al mediodía. (Axios) Sus organizadores —ACLU, Indivisible, End Citizens United, entre otros— han insistido en que será pacífica y que no tolerarán violencia. (TIME) Pero eso no impide que los poderes estatales se estén preparando para “controlar” con mano dura.
Greg Abbott, gobernador de Texas, ya desplegó la Guardia Nacional, Texas Rangers, agentes estatales y apoyo aéreo en Austin, alegando que no tolerará violencia ni destrucción. (Politico) Sus críticos lo acusan de actuar al estilo dictatorial: “es lo que hacen los reyes y dictadores”, declaró un representante demócrata. (Politico) En Washington, el líder de la Cámara, Mike Johnson, acusó al movimiento de ser un “mitin contra Estados Unidos” con elementos pro-Hamas o pro-Antifa. (Politico) Los líderes del movimiento rechazan esas acusaciones y han preparado entrenamientos para de-escalamiento y defensa a manifestantes frente a agentes federales. (AP News)
¿El riesgo? Que algo salga mal —una provocación por parte de agentes federales, un incidente aislado—, y que el gobierno use eso como excusa para legitimar más represión. Como advierten algunos analistas, puede que lo que quieren no es solo acallar al movimiento sino provocar un choque para consolidar su narrativa de “seguridad”. (AP News)
Estos hilos —visa revocada por discursos, prensa presionada, iglesias acechadas, manifestaciones programadas bajo tensión— conspiran para hacer de este sábado una prueba de fuego del poder público ante la ciudadanía. No es un debate normal de política; es un pulso entre la democracia y quien quiere gobernar sin rendir cuentas.
Y aunque los promotores digan que no buscan héroes, esta es la más grande invitación colectiva a demostrar que nadie es rey en Estados Unidos. Que mandan los de abajo, no los de arriba. Que el derecho a levantar la voz no es un favor del poder, sino un deber del pueblo.
Añadir comentario
Comentarios