una historia de dos pueblos: polos opuestos

Publicado el 10 de marzo de 2025, 6:32

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos... Así comenzó Charles Dickens su obra "Historia de dos ciudades", y es difícil no pensar en esa frase al observar las realidades contrastantes de México y Estados Unidos en este momento. Dos países vecinos, pero con caminos opuestos: uno marcado por la incertidumbre y la amenaza económica, el otro por el diálogo y la búsqueda de estabilidad.

Por un lado, Donald Trump continúa jugando con la economía global como si fuera un simple tablero de ajedrez. A pesar de haber anunciado una pausa en los aranceles del 25% a productos de México y Canadá, el mandatario dejó claro que esta tregua podría desvanecerse en cualquier momento. "Después de abril, no hay más pausas", afirmó. Para Trump, las tarifas son una herramienta de presión, no solo económica, sino política. Y si eso implica llevar a su país a una recesión, parece que no le importa.

En entrevistas recientes, Trump se negó a descartar la posibilidad de una recesión en 2025. "Es un periodo de transición", dijo, sin ofrecer certezas, mientras los mercados tiemblan y los agricultores estadounidenses esperan respuestas. Su argumento gira en torno a la lucha contra el fentanilo.

Mientras tanto, en México, la historia es otra. El domingo 9 de marzo, Claudia Sheinbaum encabezó un mitin en el Zócalo de la Ciudad de México. Miles de ciudadanos se congregaron para respaldar a su presidenta, quien destacó el éxito de las negociaciones que lograron frenar los aranceles estadounidenses. Lejos de alimentar tensiones, Sheinbaum abogó por el diálogo y el respeto mutuo.

Durante su discurso, Sheinbaum no solo celebró el retiro de los aranceles, sino que también reiteró la necesidad de que Estados Unidos tome medidas para frenar el tráfico de armas hacia México. Además, resaltó avances en seguridad, mencionando una disminución del 15% en los homicidios dolosos y la importancia de las próximas elecciones del 1 de junio.

El contraste es abismal. Mientras Trump alimenta la incertidumbre económica y política, Sheinbaum se enfoca en la estabilidad y el bienestar de su nación. Donde Trump juega con la amenaza de una recesión, Sheinbaum busca evitarla. Donde uno siembra dudas, la otra cultiva esperanza.

Al final, los ciudadanos de ambos países enfrentarán las consecuencias de estas decisiones. En Estados Unidos, la preocupación crece. El último informe de The Conference Board indicó un aumento significativo en las expectativas de recesión. Como señaló el economista Mark Zandi: "Si la confianza sigue cayendo y los consumidores se retiran, entonces se acabó el juego".

En México, la historia parece inclinarse hacia la esperanza. La gestión de Sheinbaum refleja una búsqueda activa de soluciones y estabilidad. Porque mientras algunos líderes juegan con el destino de millones, otros entienden que el bienestar de su pueblo no es un juego. Es una responsabilidad.

 

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