
Cuando Donald Trump buscaba su primer mandato, prometió “drenar el pantano” y devolverle la integridad a Washington. Hoy, al arrancar su segundo periodo presidencial, está a punto de aceptar un avión de lujo valuado en 400 millones de dólares por parte de Qatar, en un acto que representa la definición misma de la corrupción que juró combatir.
Este regalo descomunal no solo plantea serios dilemas éticos, sino que también viola la Cláusula de Emolumentos de la Constitución de Estados Unidos, que prohíbe a los funcionarios federales aceptar obsequios de gobiernos extranjeros sin la aprobación del Congreso.
(Artículo I, Sección 9: “Ninguna persona que ocupe un cargo de beneficio o confianza bajo los Estados Unidos podrá aceptar, sin el consentimiento del Congreso, ningún presente, emolumento, oficio o título de cualquier tipo, de ningún rey, príncipe o estado extranjero.”)
El avión, un Boeing 747-8 equipado como palacio volador, sería utilizado como Air Force One y, una vez terminado el mandato de Trump, pasaría a formar parte del fondo de su futura biblioteca presidencial. Cuando se le cuestionó, Trump respondió con su ya célebre arrogancia: “Podría ser una persona estúpida y decir: ‘No queremos un avión gratuito y muy caro’. Pero pensé que era un gran gesto.”
(Sky News)
Las críticas no tardaron. El senador republicano Rand Paul comentó: “No creo que se vea bien ni que huela bien.” Por su parte, el también republicano Rick Scott cuestionó la seguridad de volar en un avión de un país que “apoya a Hamas”.
(Newsweek, Mediaite)
El escándalo se agrava por las recientes negociaciones del hijo de Trump, Eric Trump, quien firmó un contrato para construir un resort de lujo y campo de golf con la marca Trump en Qatar, en colaboración con la familia real qatarí y una empresa constructora saudí.
(WSJ)
Para colmo, la actual Fiscal General Pam Bondi, quien declaró que aceptar el avión era legal, fue antes cabildera para Qatar, recibiendo 115 mil dólares mensuales entre 2020 y 2022.
(Senado de EE.UU.)
El patrón es claro: Trump usa la presidencia para enriquecerse descaradamente. Los proyectos en Arabia Saudita, Emiratos Árabes y Qatar están diseñados para beneficiar a la Trump Organization. En 2017, Trump tachó a Qatar de ser patrocinador del terrorismo y apoyó el bloqueo diplomático saudí. Pero, sorpresa, esa postura desapareció en cuanto hubo contratos multimillonarios de por medio.
El propio Trump lo dejó claro al justificar la aceptación del avión: “Nosotros damos cosas gratis, ahora aceptamos una. Ellos no existirían sin nosotros.”
(AP News)
La senadora demócrata Jeanne Shaheen fue contundente: “Es inapropiado e inconstitucional. Manda el peor mensaje posible a los estadounidenses: que un presidente está en el cargo para enriquecerse, no para servir al país.”
La aceptación de un jet de $400 millones mientras se mantienen negocios activos en la región desafía todos los principios básicos del servicio público y la integridad democrática. Trump puede burlarse de la Constitución, pero su descarada avaricia ya lo ha convertido en el presidente más corrupto y vendido de la historia moderna.
¿Y todavía lo apoyas? ¿Todavía crees que no merece ser destituido?
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