
Por meses, Elon Musk fue el niño consentido de Donald Trump. El “genio” de Tesla con complejo de emperador, el mismo que entraba a la Casa Blanca con una motosierra (literal) y prometía cortar mil millones de dólares del gasto público, ha terminado marginado como tantos otros que osaron decirle la verdad al narcisista en jefe.
Según The New York Times, Musk ha dejado oficialmente su puesto como asesor especial del gobierno de Trump. En su publicación en X, dijo: “Quiero agradecer al presidente @realDonaldTrump por la oportunidad de reducir el gasto inútil”. También afirmó que el proyecto DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental) “se fortalecerá con el tiempo” (NYT, 28 mayo 2025).
Pero el timing no fue coincidencia. Un día antes, Musk le dijo a CBS News que estaba “decepcionado” con el “Big Beautiful Bill” de Trump. Lo llamó un “proyecto de gasto masivo que aumenta el déficit y socava el trabajo del DOGE”. Y con su clásico sarcasmo añadió: “Una ley puede ser grande o hermosa, pero no ambas” (CBS, 27 mayo 2025).
Ouch.
Trump, fiel a su estilo de mafioso despechado, no mencionó a Musk ni una sola vez durante su rueda de prensa. Pero su ataque vino por otros canales. Stephen Miller lo desmintió públicamente. Y en los pasillos del poder, comenzaron a cerrarle puertas al magnate sudafricano.
El distanciamiento no es sólo ideológico; es también económico. Musk había prometido donar $100 millones a los comités pro-Trump antes de las elecciones de medio término. Hasta ahora: ni un centavo (HuffPost, 28 mayo 2025). Eso, para Trump, es peor que una traición política: es una ofensa al negocio.
Musk, por su parte, dice que perdió demasiado tiempo en la política. “Probablemente dediqué más tiempo del necesario al gobierno. Lo he reducido considerablemente”, dijo esta semana a Ars Technica. El Washington Post lo citó diciendo que “la burocracia federal es mucho peor de lo que pensaba”.
No cabe duda: este no es el mismo bromance de 2020. Ahora Elon regresa a sus empresas, humillado, con un Starship que explota a medio vuelo y una reputación hecha pedazos por haberse acercado demasiado al poder.
La pregunta es: ¿quién será el siguiente en caer? Porque si algo sabemos, es que el culto a Trump no permite dudas ni segundas opiniones.
Y si Musk, con su dinero, poder y camisetas de “Occupy Mars” no sobrevivió… ¿qué le espera al resto de los lacayos?
#ElChupacast #AdiósDOGE #MuskSinCasaBlanca
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Comentarios
Ya empezó la mazorca a desgranarse ojalá que esto no para hasta que esa gente en el poder esté fuera y comience una reconstrucción los más pronto posible