
En el transcurso de medio siglo, he tenido la bendición de vivir en la frontera, en México y en Argentina. He tenido el privilegio de conversar con muchas personas a quienes considero amigos y compañeros de camino. Algunas de las conversaciones más profundas que he sostenido han sido con víctimas de las llamadas “guerras sucias”. Ejemplos emblemáticos de esto son la represión estudiantil durante la masacre de Tlatelolco en 1968 en México, y la dictadura militar de Jorge Rafael Videla, que dejó una estela de destrucción en Argentina de 1976 a 1981. Estuve en Argentina a finales de los años ochenta y fui testigo directo de las cicatrices que aún perduraban en la sociedad.
Tristemente, aquí y ahora, en Estados Unidos, estamos presenciando el despliegue de una Guerra Sucia bajo el régimen de Donald Trump. No se trata de afirmar que los presidentes anteriores fueron perfectos, pero al menos lograban mantener sus esqueletos fuera del foco de los medios de comunicación y del discurso público. La diferencia en 2025 es que Donald Trump no tiene reparos en presumir abiertamente que libra una guerra sucia —una cruzada sagrada en nombre de su dios anaranjado: "MAGA."
Veamos las pruebas:
1️⃣ Violencia Estatal Contra Civiles
Los gobiernos que practican guerras sucias atacan a disidentes políticos, activistas, periodistas, estudiantes, líderes sindicales y minorías étnicas.
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Trump amenaza actualmente con arrestar al gobernador de California, Gavin Newsom, por “interferir” en sus planes de deportaciones masivas a través de ICE.
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ICE ha priorizado la detención de activistas que protestan contra su comportamiento ilegal, como Jeannette Vizguerra.
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En los últimos días, decenas de periodistas han sido deliberadamente atacados con balas de goma. Peor aún, la administración ha presionado económicamente a cadenas como ABC y CNN, obligándolas a pagar a la biblioteca de Trump o enfrentar demandas por difamación.
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El líder sindical agrícola Alfredo “Lelo” Juárez fue detenido a principios de este año por defender los derechos laborales.
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ICE ahora coordina arrestos en lugares frecuentados por minorías.
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2️⃣ Desapariciones Forzadas
El segundo pilar de toda guerra sucia: secuestros, centros clandestinos de detención y desapariciones.
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Trump ha orquestado el traslado de migrantes a la mega-prisión distópica CECOT en El Salvador. Incluso ha propuesto enviar ciudadanos estadounidenses a estos centros oscuros ubicados en el país que él mismo llamó “un agujero de mierda”.
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3️⃣ Tortura y Ejecuciones Extrajudiciales
Las víctimas son torturadas para obtener información o simplemente ejecutadas sin juicio.
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Stephen Miller, asesor de Trump, promueve suspender el habeas corpus para agilizar este orden "DisTrumpiano".
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La tortura, antes un capítulo oscuro bajo Bush en Guantánamo, ahora es defendida abiertamente por Trump, quien pide a la Suprema Corte anular la Convención contra la Tortura.
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4️⃣ Censura y Propaganda
El régimen controla la narrativa mientras oculta sus crímenes.
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El gobierno ha llegado a acuerdos millonarios con ABC por demandas que antes cualquier juez habría desestimado. CBS ahora enfrenta amenazas de perder licencias por un supuesto sesgo anti-Trump en 60 Minutes.
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Kari Lake — política fracasada de Arizona, negacionista electoral y ex periodista — ahora dirige una diezmada Voice of America, reducida a solo 18 empleados y convertida en una máquina de propaganda de ultraderecha.
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5️⃣ Falta de Rendición de Cuentas
Los tribunales, las fuerzas del orden y las instituciones militares están cooptadas o bajo control del régimen.
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La Suprema Corte, con jueces como Samuel Alito y Clarence Thomas, contaminados por favores ideológicos, permite gradualmente que Trump avance su agenda.
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Las agencias policiales se han aliado con ICE bajo el programa 287(g).
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Y, por supuesto, la joya de cualquier dictadura bananera: un desfile militar de 40 millones de dólares para celebrar el cumpleaños de Trump.
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LA GUERRA SUCIA — AQUÍ Y AHORA
Para que quede claro: la guerra de Trump no se limita a los extranjeros. Busca silenciar a cualquiera que se oponga a su visión totalitaria y draconiana. Sí — ha autorizado a los Marines a detener ciudadanos estadounidenses.
Según HuffPost:
"El miércoles, el ejército estadounidense informó que un batallón de 700 marines concluyó entrenamiento específico para la misión en Los Ángeles, incluyendo técnicas de desescalada y control de multitudes. Se unirán a la Guardia Nacional bajo la autoridad de la ley federal conocida como Título 10 dentro de 48 horas — no para realizar labores de policía civil, sino para proteger a oficiales federales y propiedades, según el ejército.
‘Las fuerzas bajo Título 10 pueden detener temporalmente a un individuo en circunstancias específicas, como frenar un asalto, evitar daños a otros o impedir interferencias con el personal federal en el ejercicio de sus funciones’, indicó el Comando Norte."
Ahora la responsabilidad es nuestra.
Este sábado 14 de junio es El Día Sin Reyes — un día de protesta, cartas y reflexión. Si queremos detener esta Guerra Sucia, tenemos la responsabilidad colectiva de actuar antes de que sea demasiado tarde.
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