
En un país que se presume “libre”, donde la Constitución garantiza la libertad de expresión como un derecho sagrado, hoy somos testigos de algo alarmante, vergonzoso y profundamente peligroso: una cacería de brujas mediática orquestada por Donald Trump, su secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem, y una legión de autoritarios disfrazados de patriotas. ¿La excusa? Una simple aplicación llamada ICE Block.
Esta app —la más descargada en Estados Unidos en este momento, por encima de TikTok y ChatGPT— permite a los usuarios reportar en tiempo real la presencia de agentes de ICE. ¿Con qué fin? No para atacarlos, no para sabotearlos, sino para que las comunidades migrantes —sí, las mismas que Trump y su séquito quieren borrar del mapa— puedan evitar redadas y protegerse de deportaciones arbitrarias. ICE Block no recolecta datos personales y no llama a ninguna acción ilegal. Su función es simple: advertir. Y por eso los trumpistas están que echan espuma por la boca.
La cadena CNN, al cumplir con su deber periodístico, informó de la existencia de la app. Lo hizo con neutralidad, citando al desarrollador y explicando su funcionamiento. Pero eso bastó para que Sean Hannity —el bufón oficial de Fox News— la acusara de “obstrucción de la justicia” y pidiera en televisión que se persiguiera legalmente a periodistas. Kristi Noem, vistiendo una gorra MAGA como si fuera uniforme de guerra, se sumó al linchamiento diciendo que CNN podría haber cometido “delitos procesables”. (https://www.mediaite.com/media/tv/trump-dhs-secretary-says-cnn-journalists-could-be-prosecuted-for-reporting-attorney-general-is-looking-into-it/)
¿En qué país estamos viviendo? ¿Desde cuándo el periodismo se criminaliza por informar? ¿Dónde quedó el respeto por la Primera Enmienda, esa que tanto citan cuando les conviene?
La hipocresía es monumental. Nadie en la administración Trump ha dicho una sola palabra contra Google Maps, que tiene desde hace años una función que permite reportar retenes de policía y radares de velocidad. Literalmente ayuda a los conductores a evadir un encuentro con la policia. Y sin embargo, ahí nadie habla de “obstrucción”, ni de “delitos procesables”. (https://bgr.com/tech/use-this-hidden-google-maps-feature-to-avoid-traffic-tickets/)
Lo que realmente molesta aquí no es una app. Es el hecho de que los migrantes tengan herramientas para protegerse, y que los medios las den a conocer. Por eso la FCC, bajo órdenes de Trump y el comisario Brendan Carr, abrió una investigación formal contra la estación de radio KCBS por haber transmitido información sobre actividad de ICE en San José. (https://truthout.org/articles/fcc-investigates-ca-news-station-over-reporting-on-immigration-enforcement/)
Esto no es política. Esto es represión.
Esto no es “ley y orden”. Esto es guerra psicológica contra comunidades vulnerables y contra un periodismo que se niega a lamer botas.
Y cuidado: si logran criminalizar la información sobre ICE, mañana vendrán por los periodistas que reportan sobre corrupción, sobre abuso policial, sobre guerras ilegales, sobre todo lo que el régimen no quiere que sepas. Hoy es ICE Block. Mañana puede ser cualquier aplicación, cualquier estación de radio, cualquier periodista. Incluso tú.
En una democracia verdadera, los medios no se callan por miedo: gritamos más fuerte.
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