“¡¿Dónde está mi hija, dónde está mi hija?!”
Fueron las palabras desesperadas de una madre justo después de que más de 200 agentes de la ley —desde la Oficina del Sheriff, el FBI, la Policía Estatal y hasta ICE— descendieran sobre una pista privada de carreras de caballos en Wilder, Idaho, la tarde del domingo.
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Las familias fueron separadas —incluidos niños, la mayoría de ellos ciudadanos estadounidenses por nacimiento—, quienes también parecieron ser blanco de esta fanática redada. Según la abogada de inmigración Nicole Ramírez, muchos fueron inmovilizados con bridas plásticas tan apretadas que les dejaron moretones.
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En medio de un cierre de gobierno federal que ha suspendido fondos para servicios alimentarios, atención médica de emergencia e incluso subsidios de salud, el gobierno federal y estatal encontraron la manera de reunir recursos masivos para un espectáculo infernal de fuerza: unos 200 agentes armados para arrestar únicamente a cuatro hombres acusados de operar una supuesta red ilegal de apuestas hípicas.
Según testigos, estos “bota negra”, muchos con mascarillas y lentes oscuros pese al cielo nublado, detuvieron al menos a 50 personas adicionales, además de los cuatro arrestados oficialmente por el FBI.
📄 Cobertura de KTVB.
Aunque no estuve presente, vi con horror una transmisión en vivo en Facebook desde la cuenta de Ash Palomares, quien grababa desde muy cerca a los oficiales. Minutos antes de que el video se cortara abruptamente, los agentes le ordenaron retroceder, aunque ella no obstruía sus acciones. Cuando se negó, fue derribada al suelo y la transmisión se interrumpió de golpe.
📹 Ver el video aquí.
En esa misma transmisión se escucharon disparos de balas de goma, un hecho posteriormente confirmado por Estefanía Mondragón, de Poder of Idaho y la ACLU of Idaho.
“Esto es absolutamente ridículo, que arresten y encierren a personas en camiones, separándolas de sus familias”, declaró Mondragón.
“He estado al borde de las lágrimas. No puedo creer que esto esté pasando en Idaho. Somos una comunidad unida, y están yendo tras nuestros propios vecinos. Es devastador y una traición para nuestras familias.”
📄 Reporte de East Idaho News.
Culturalmente, las carreras de caballos son un pasatiempo profundamente arraigado entre las familias hispanas. Muchos asisten no necesariamente para apostar, sino para disfrutar de una distracción después de una semana dura de trabajo.
Conozco personalmente a varias personas que estaban ahí ese día —algunas de las cuales no volverán a casa. No por organizar apuestas, sino simplemente por estar en el lugar equivocado cuando ICE y otros agentes fuertemente armados irrumpieron.
Para la maquinaria federal, la unidad familiar y los derechos humanos parecen no significar nada: todo se reduce a testosterona sin control y rifles automáticos apuntando al pueblo. Niños indefensos quedaron traumatizados en nombre del MAGA.
Irónicamente, un ex agricultor de cebollas de Wilder que llegó a ser gobernador de Idaho probablemente estaría indignado por lo ocurrido. Lástima que Phil Batt ya no esté vivo para verlo.
El gobernador Brad Little es una decepción total, con su tácita aprobación a los disparos de ICE contra manifestantes y la detención de menores.
No es un día del que Idaho pueda sentirse orgulloso.
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