CUANDO LA LUZ QUEMA: LA REDADA EN WILDER QUE EL GOBIERNO QUIERE ESCONDER

Publicado el 21 de octubre de 2025, 5:48

LA LUZ QUE LOS HACE RETROCEDER

Hace más de cuatro décadas aprendí una lección sobre una de las especies más repulsivas del mundo de los insectos… y su comportamiento.  Mi maestro explicó que cuando la luz toca a una cucaracha, no ataca: huye. La luz revela cada rastro de suciedad por donde ha pasado.

Hoy, mientras salen a la luz más detalles sobre la redada masiva llevada a cabo por unos 200 agentes federales en Wilder, Idaho, esa misma luz parece incomodar a ciertas instituciones. El FBI canceló abruptamente una conferencia de prensa programada para ayer, y nadie del gobierno parece dispuesto a hablar públicamente sobre lo ocurrido el domingo.
Tal vez el resplandor del escrutinio público es demasiado incómodo. Supongo que hablar de cómo separaron a niños de sus padres, los amarraron con cinchos, y desplegaron múltiples equipos SWAT, helicópteros, perros y oficiales antidisturbios no es algo que les cause orgullo.
Y no olvidemos un detalle clave: mientras más de 100 personas fueron detenidas, toda esta demostración de fuerza tenía como objetivo a solo cuatro organizadores de carreras de caballos.

Ante el silencio federal, la ACLU de Idaho y PODER de Idaho decidieron encender el reflector y exponer los hechos que los agentes ahora parecen querer ocultar.
Un viejo amigo y luchador incansable por los derechos humanos, Leo Morales, director ejecutivo de la ACLU de Idaho, no se anduvo con rodeos:

"Nos reunimos hoy para condenar las acciones ocurridas este fin de semana en Wilder.
Condenamos estas acciones en los términos más enérgicos posibles. Cuando el gobierno usa fuerza excesiva para remover a individuos, eso está mal.

Cuando el gobierno entra y arresta a todos —sin importar su estatus migratorio, porque eso fue exactamente lo que pasó este fin de semana—, eso es una desgracia.

El gobierno arrestó a todos: ciudadanos estadounidenses, mujeres y niños. Todo habitante de Idaho debería sentirse horrorizado cuando el gobierno actúa así.

Hoy estamos aquí para condenar esas acciones.

También estoy aquí para decir que me avergüenza que el gobernador Little y otras agencias policiales hayan participado en este evento. Probablemente sabían exactamente lo que ocurría, y aun así actuaron de una manera que causó el mayor daño posible a la comunidad.

Este era un evento familiar, con niños y padres disfrutando el fin de semana, y aun así el gobierno llegó con toda su fuerza, esposando incluso a los menores.

Ninguna persona, ningún estadounidense, debería aceptar jamás que su gobierno haga esto a su propio pueblo.

Hoy, reiteramos nuestra condena a estas acciones.

Hago un llamado al gobernador para que muestre verdadero liderazgo, para que defienda los derechos constitucionales de cada persona.

Ya basta de los abusos que siguen ocurriendo. El gobernador no debe ser un títere ni alinearse con un presidente cuyo objetivo es expulsar a la mayor cantidad posible de personas morenas de este país—porque eso es exactamente lo que estamos viendo con estas operaciones."
(YouTube: ACLU Idaho)

En esa misma conferencia de prensa en Caldwell, la abogada de inmigración Nicole Ramírez-Smith habló con contundencia sobre la situación de los menores detenidos. Ella estuvo presente en el lugar y fue testigo directo del abuso de poder:

"Había muchas familias tratando de averiguar dónde estaban sus hijos.
Algunos niños se habían ido con un padre, otros estaban con los abuelos buscando a sus nietos para ver si los padres habían sido detenidos, y en algunos casos, un padre buscaba a sus hijos que estaban con los abuelos.

Tenemos información creíble de que los niños fueron amarrados con cinchos, restringidos y esposados. Los menores también fueron detenidos.

Parece que todos los presentes fueron detenidos—ciudadanos o no.

Durante más de una hora no pudimos obtener respuestas sobre lo que había pasado con los niños ni hacia dónde los llevaban. Pedimos información una y otra vez, pero nadie respondió.
El sheriff Donahue estaba a caballo, le pedimos respuestas y dijo que iba a averiguar… pero nunca regresó.

Eventualmente, algunos oficiales salieron y una de las agencias nos dijo que los niños estaban bien y que serían entregados a familiares. Transmitimos esa información a la multitud.

Cuando la gente cruzó la barrera y empezó a acercarse al área donde estaban detenidos, fue porque seguían sin tener noticias de sus hijos. Habían escuchado que estaban amarrados y esposados. La preocupación era extrema.

Dejamos claro varias veces que la multitud se calmaría si nos daban información sobre los niños—pero esa información nunca llegó.

Finalmente, algunos se acercaron más y la policía respondió disparando balas de goma y lanzando amenazas para que se movieran más rápido.

Había presencia militar, el Departamento del Sheriff del Condado de Canyon, el sheriff Donahue, CBP, el FBI y la DEA. Había helicópteros, perros y una enorme cantidad de personal armado.

Parece que todos fueron detenidos y luego liberados poco a poco, en dos filas: una para ciudadanos y otra para no ciudadanos.

Están apareciendo videos perturbadores que muestran lo que ocurrió adentro y cómo se desarrolló todo.

Nadie estaba ahí para dar respuestas a quienes buscaban a sus familiares."

Ramírez-Smith añadió que muchas de las personas detenidas por ICE no tenían antecedentes criminales ni deportaciones previas.
Aunque todos los menores ya fueron liberados, algunos de sus padres siguen detenidos, y el trauma que vivieron muchos de ellos dejará secuelas de estrés postraumático.

Incluso el padre de uno de los hombres arrestados por cargos federales coincide en que todo este despliegue militar fue un exceso absoluto. En entrevista con Idaho News 6, Andrés Téllez Juárez dijo que todo esto pudo haberse evitado con una simple orden judicial:

"Era gente adulta que venía a divertirse, a desestresarse un poquito después de una semana de trabajo. Abusaron de su fuerza.
A niños de 12 o 13 años los traían esposados; a mujeres de 70 u 80 años también las tenían esposadas.
Algunos pedían por favor que les aflojaran las esposas, porque tenían las manos amoratadas; otros estaban lastimados de la espalda y las esposas demasiado apretadas.
Los estudiantes también pedían por favor que se las aflojaran, y si se reían o decían algo, igual los echaban.

Desde mi punto de vista, tanto el gobierno como los militares vinieron a abusar de su poder.
No les habría costado nada convencer al sheriff de arrestar a Iván o arrestarme a mí como dueño."
(Idaho News 6)


La luz —esa misma que hace retroceder a las cucarachas— hoy ilumina a un gobierno que actúa como si el poder le perteneciera solo a él.
Pero los pueblos de Idaho, Wilder y Caldwell ya prendieron la lámpara.
Y aunque los federales huyan del escrutinio y el gobernador calle, la verdad no se va a esconder debajo del refrigerador.
Porque cuando la comunidad levanta la voz, la oscuridad ya no tiene dónde correr.

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