Niños con cinchos y promesas rotas: el verdadero rostro del ICE

Publicado el 23 de octubre de 2025, 5:37

Lo que ocurrió el domingo 19 de octubre en La Catedral Arena de Wilder no fue una simple “operación federal”. Fue una pesadilla al aire libre: helicópteros, armas largas, caballos corriendo despavoridos, y lo más inhumano —niños con las manos atadas con cinchos plásticos como si fueran criminales.

Según el testimonio de Ashley Palomares, ciudadana estadounidense entrevistada por Idaho News 6, todo comenzó como un día común de carreras:

“Nos arrearon como ganado... y luego nos están diciendo ‘sigan, sigan’. Y empiezan a atar a la gente con cinchos plásticos.”

Palomares cuenta que la tumbaron al suelo y varios agentes se le echaron encima:

“Pusieron su rodilla en mi hombro y mi espalda. Me ataron con cinchos plásticos. Aún tengo cicatrices.”
(Idaho News 6)

Otra víctima, Anabel Romero, madre de tres niños —todos nacidos en Idaho— relató entre lágrimas:

“Nos sacaron de la camioneta a punta de pistola. A mis hijos los arrastraron. Mi hija de 14 años fue atada con cinchos plásticos. Les decía que no podía respirar.”

Romero asegura que un agente incluso la amenazó:

“Te voy a volar la p*** cabeza.”

Lo que más le duele, dijo, fue ver cómo sus hijos, uno de ellos con autismo, lloraban buscando a su madre mientras eran apuntados con armas. Y todo esto, en un evento familiar que las autoridades sabían estaría lleno de niños.


❗Las mentiras del gobierno

Después del operativo, el FBI intentó negar lo evidente. En un correo a Idaho News 6, un portavoz afirmó que “los reportes de niños esposados con cinchos o impactados con balas de goma son completamente falsos.”

Pero cuando el medio les envió una fotografía de un menor de 14 años, ciudadano estadounidense, atado con cinchos, la versión cambió:

“Los reportes sugieren que niños pequeños fueron esposados… son falsos.”
(Idaho News 6)

¿Niños “pequeños”? ¿Entonces un adolescente no cuenta? El lenguaje del FBI suena más a un juego semántico que a transparencia. Lo cierto es que hay fotografías, videos y testimonios múltiples que desmienten por completo su versión.


⚠️ ICE no cumple su palabra

Peor aún, esta redada contradice promesas hechas por el propio ICE a abogados de inmigración meses atrás. En una reunión celebrada el 12 de febrero en Boise, agentes federales aseguraron que no enfocarían sus operativos en menores ni en lugares públicos.

“No estamos dirigiendo operaciones en escuelas, hospitales, iglesias, oficinas de abogados, ni en grandes eventos públicos como bailes,”
dijeron textualmente, según notas compartidas por abogados y publicadas por El Chupacast.

Mentiras. En Wilder, hicieron exactamente lo contrario: atacaron un evento masivo, familiar, con decenas de niños.


💣 La amenaza del ICE

ICE no es una agencia de “seguridad.” Es un aparato político y represivo al servicio del miedo. Su patrón es claro: mentir, negar, y luego minimizar. Lo mismo pasó con los centros de detención, con las redadas en plantas empacadoras, y ahora con La Catedral Arena.

Y mientras el gobernador Brad Little intenta justificar el horror repitiendo el discurso de Trump —que las redadas eran por “tráfico de drogas y armas”—, las víctimas son madres y niños con cinchos en las muñecas.

Este operativo demuestra algo que ya sabemos: el ICE es una amenaza directa para nuestras comunidades, para los derechos humanos, y para la decencia misma.

Ni el FBI ni el gobernador pueden limpiar la imagen de una agencia que dispara balas de goma entre menores, que separa familias por el color de su piel, y que rompe sus propias promesas públicas en cuestión de meses.

Y no, señor gobernador, esto no fue un operativo contra el crimen.
Fue una agresión federal contra la comunidad latina en Idaho.
Una más en la lista del terror institucionalizado del Estado Trumpista.

Fotos: Joven con cinchos: KIVI, Idaho News 6, Zip-ties: Nicole Ramirez-Smith, Facebook account, October 20, 2025

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