El pasado sábado 19 de abril, millones de televidentes en México fueron testigos de algo insólito y alarmante: durante el medio tiempo del partido de futbol entre Mazatlán y América —este último propiedad de Emilio Azcárraga Jean, dueño de Televisa— se transmitió un anuncio pagado en el que aparece Kristi Noem, actual secretaria de Seguridad en el equipo político de Donald Trump. En el video, Noem lanza un mensaje claramente discriminatorio y cargado de xenofobia contra los migrantes:
“Permítanme dar un mensaje del presidente Trump al mundo: si estás considerando entrar a Estados Unidos ilegalmente, ni siquiera lo pienses. Permítanme ser clara: si vienes a nuestro país y violas nuestras leyes, te perseguiremos. Los delincuentes no son bienvenidos en Estados Unidos”.
El spot fue difundido no sólo en Televisa, sino también en otras cadenas como TV Azteca. Su contenido no es sólo problemático; es inaceptable. Criminaliza a personas migrantes, las equipara con delincuentes, y promueve un mensaje de rechazo que puede derivar en violencia y odio. Este tipo de retórica es parte de una estrategia bien conocida del trumpismo, que desde hace años busca convertir a los migrantes en chivos expiatorios para movilizar políticamente a una base conservadora y nacionalista en Estados Unidos.
Frente a esto, la presidenta Claudia Sheinbaum reaccionó con firmeza, condenando la transmisión de ese tipo de contenido en medios mexicanos y recordando que nuestro país no puede prestarse a los intereses propagandísticos de gobiernos extranjeros. En sus palabras:
“Es un spot pagado que apareció hace varios meses, pero ahora cobró relevancia porque se publicó en el último partido de futbol. Lo transmitieron tanto Televisa como TV Azteca. Lo primero es que desde el gobierno de Peña Nieto se eliminó la prohibición a los gobiernos extranjeros de realizar actos de propaganda en México, y eso se tiene que restablecer. No es un acto de censura, es un acto de impedir el injerencismo de otros países. No puede ser que un país permita que otro haga propaganda política en su territorio. El artículo primero de nuestra Constitución señala que en México queda prohibido todo acto o práctica de discriminación. Y este anuncio tiene un contenido discriminatorio muy alto”.
Sheinbaum no está sola en esta postura. El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) ya recibió múltiples quejas ciudadanas y envió una carta a las televisoras en la que se reitera que el contenido del anuncio atenta contra la dignidad humana y puede fomentar actos de rechazo y violencia hacia personas en situación de movilidad.
Cabe recordar que hasta 2014, la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión incluía un artículo que prohibía expresamente a concesionarios y permisionarios de radio y televisión transmitir propaganda política, ideológica o comercial de gobiernos o entidades extranjeras, y les impedía permitir que los medios de comunicación fueran utilizados para influir en los asuntos internos del país. Esta cláusula fue eliminada durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, bajo una ola de reformas estructurales que hoy, una vez más, muestran sus consecuencias peligrosas.
Lo sucedido este fin de semana no puede ser normalizado. Televisa, TV Azteca y cualquier otro medio que haya aceptado dinero por transmitir este tipo de mensajes deben rendir cuentas. ¿Quién pagó por ese spot? ¿Desde dónde se gestionó su transmisión? ¿Qué intereses están detrás de permitir que la voz del trumpismo suene con fuerza en la televisión mexicana?
México es un país soberano. No debemos ser altavoz de quienes nos desprecian. No podemos permitir que el racismo y la mentira se disfracen de “seguridad fronteriza” y se cuelen en nuestros espacios mediáticos. Los migrantes no son delincuentes. Son personas. Son trabajadores, madres, hijos e hijas que huyen de la violencia, de la pobreza, muchas veces generadas por las políticas fallidas de los mismos gobiernos que hoy los persiguen.
Hoy más que nunca, hay que alzar la voz: México no será pantalla del odio trumpista.
Añadir comentario
Comentarios