El trigo, la cizaña y el futuro del Partido Demócrata

Publicado el 23 de abril de 2025, 4:16

En el Evangelio según San Mateo, Jesús cuenta la parábola del trigo y la cizaña: una historia de juicio final, donde se separa lo valioso de lo inútil, lo verdadero de lo falso. Hoy, esa parábola cobra un significado muy real para el Partido Demócrata, que atraviesa una crisis de identidad moral ante el caso de Kilmar Abrego García.

Abrego García, un hombre sin antecedentes penales y con protección legal contra la deportación desde 2019, fue expulsado ilegalmente del país en abierta violación a una orden de la corte. El gobierno de Trump no solo ignoró el fallo judicial, sino que lo etiquetó falsamente como terrorista y miembro de la MS-13, basándose en una denuncia confidencial. Un acto descarado de criminalización que debería escandalizar a cualquiera que diga defender los derechos civiles.

Pero lo más alarmante no es la vileza del trumpismo —eso ya lo conocemos—, sino la cobardía de ciertos demócratas. La senadora Amy Klobuchar lo llamó una distracción mediática. El gobernador Gavin Newsom repitió el mismo guion, como si defender a un latino deportado ilegalmente fuera menos importante que hablar de los precios del huevo o los índices bursátiles.

¿Y la realidad? La población latina en Estados Unidos ya supera los 65.2 millones, el 19.5% del país. Y para 2045, los latinos serán el 24.6%: una de cada cuatro personas. No son una minoría irrelevante. Son el presente —y el futuro— político de esta nación.

Mientras estrategas demócratas insisten en que este no es el “caso ideal” para defender, y que “hay que esperar a alguien con una historia más convincente”, se revela lo que de verdad piensan: que los derechos de los latinos son negociables. Que si apoyar a un migrante afecta sus encuestas, mejor mirar hacia otro lado.

Pero hay quienes sí se están jugando el pellejo. El senador Chris Van Hollen y el congresista Maxwell Frost viajaron a El Salvador no por cálculo político, sino por principios. Ellos entienden que esto va más allá de un solo caso: se trata del respeto a la ley, del derecho al debido proceso, y del mensaje que se envía a millones de votantes latinos.

A los tibios como Klobuchar, Newsom y sus asesores les decimos: si creen que pueden ganar ignorando a los latinos, están profundamente equivocados. El trigo y la cizaña aún crecen juntos, pero muy pronto habrá que separar lo que vale de lo que estorba.

Y cuando llegue ese momento, sabremos quién defendió la justicia… y quién se escondió detrás del cinismo. Los latinos van a estar mirando. Y no olvidamos.

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