
Hoy celebramos el Cinco de Mayo, una fecha que nos recuerda que México no se rinde. El 5 de mayo de 1862, el ejército mexicano, liderado por el general Ignacio Zaragoza, derrotó al ejército francés en la Batalla de Puebla. Fue la primera vez que México venció a una potencia extranjera superior, frustrando los planes de Napoleón III, quien pretendía imponer una monarquía títere en nuestro país… y luego avanzar hacia el norte para invadir Estados Unidos.
Sí, así como lo oyes: si México no hubiera ganado esa batalla, los franceses habrían seguido su marcha hacia el norte, aprovechando que Estados Unidos estaba dividido por la Guerra Civil. Es gracias a esa victoria mexicana que América del Norte no terminó con tropas francesas ocupando Washington D.C.
Pero hoy, en pleno siglo XXI, los intentos de intervención no han cesado. El presidente Donald Trump —ese farsante con complejo de emperador— ahora quiere mandar tropas estadounidenses a suelo mexicano “para combatir al narco”. ¡Ajá, cómo no!
La presidenta Claudia Sheinbaum lo dejó claro:
“Soberanía no se vende. ¡Soberanía se ama y se defiende!”
Trump la acusó de tenerle miedo a los cárteles. Pero lo que en realidad le molesta es que no pudo manipularla como lo hacía con sus amiguitos autócratas. Ella no se arrodilló ante el poder militar ni aceptó la imposición extranjera. Le respondió con firmeza: "Tú en tu territorio y nosotros en el nuestro."
Mientras Trump sueña con militarizar la frontera y usar a México como chivo expiatorio de la crisis del fentanilo, Sheinbaum defiende la dignidad nacional.
Porque si hace más de 160 años México detuvo a los franceses, hoy vuelve a dejar claro que aquí no entra ningún ejército extranjero.
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