
Los vientos del descontento siguen azotando Los Ángeles, que ya entra en su quinto día bajo asedio. El presidente Donald Trump envió inicialmente 2,000 elementos de la Guardia Nacional para sofocar las protestas. Ayer, decidió intensificar aún más la militarización con 700 infantes de marina, y hoy planea desplegar otros 2,000 guardias armados. El detonante: la exigencia de Stephen Miller de que ICE detenga y arreste a más personas por día que bajo la administración de Joe Biden.
La guerra de declaraciones también subió de tono. En entrevista con MSNBC, el gobernador de California, Gavin Newsom, dijo sin pelos en la lengua:
“Al demonio con este tipo. Ven por mí. Arréstame. Ya acabemos con esto, valiente. Me vale madre, pero me importa mi comunidad. ¿Qué demonios están haciendo? Estos tipos necesitan madurar. Deben parar y hay que plantarles cara. Y perdón por ser tan directo, pero esa fanfarronería agota. Así que, Tom, arréstame. ¡Órale, vamos!”
En el jardín de la Casa Blanca, un reportero de Fox News le preguntó a Trump si Tom Homan debería arrestar a Newsom.
“Gavin Newsom está retando a Tom Homan a que lo arreste. ¿Debería hacerlo?”, preguntó Peter Doocy.
Trump respondió: “Yo lo haría si fuera Tom. Me parece excelente. A Gavin le encanta la publicidad, pero sería algo grandioso.”
Mientras tanto, en las calles, algunos periodistas fueron alcanzados por balas de goma, incluyendo una reportera australiana que transmitía en vivo. Que no quede duda: esto fue una provocación directa del gobierno, una advertencia clara de que hay que callarse la boca y dejar de contar la cruda verdad sobre esta cruzada brutal contra los derechos civiles y humanos.
En medio del caos, ondea la bandera mexicana, nuestro lábaro patrio. Esa misma bandera que ha sido objeto de controversia desde que el repulsivo Stephen Miller publicara en redes que había “extranjeros ondeando banderas extranjeras, alborotando y obstruyendo a las fuerzas federales que intentaban expulsar a invasores ilegales”.
Pero el New York Times ofrece otra perspectiva:
“Para muchos manifestantes que son ciudadanos estadounidenses, la bandera representa orgullo por sus raíces y solidaridad con los migrantes que hoy son blanco de deportación.
‘Son hijos y nietos de inmigrantes’, explicó Chris Zepeda-Millán, profesor de estudios chicanos en UCLA. ‘No dudan de su ciudadanía ni de su derecho a estar aquí, pero comprenden las connotaciones raciales detrás de los ataques a los migrantes’.
‘Esto es una reacción: no vamos a dejar que nos hagan sentir vergüenza de nuestros padres y abuelos’, añadió.”
(https://www.nytimes.com/2025/06/08/us/mexican-flag-protest-los-angeles.html)
Del otro lado de la moneda, Newsweek cita al estratega republicano Matt Wylie:
“Estos idiotas ondeando banderas mexicanas durante los disturbios de LA le acaban de dar a Trump el mejor regalo político. Será la prueba A de una invasión. Esas imágenes han hecho más por su narrativa antiinmigrante que semanas de propaganda.”
(https://www.newsweek.com/la-protests-mexican-flags-donald-trump-ice-2083140)
¿Disculpa? Cualquier defensor de las libertades civiles debería estallar con esa declaración. ¿Desde cuándo es ilegal ondear una bandera mexicana? ¿Y en qué retorcido universo eso prueba una invasión? Mira, campeón, ven por mí cuando grite con orgullo “¡Viva México!” cada 15 de septiembre. ¿Cuántas veces los charros han desfilado en ferias con la bandera tricolor? ¿También ellos son parte de tu “invasión maligna”? ¿Y qué tal si aplicas la misma lógica con los “irlandeses mugrosos” el Día de San Patricio? O mejor aún, ve tras los rednecks que enarbolan la bandera confederada con odio.
Porque, sinceramente, el único invasor criminal aquí eres tú, Donald Trump. Deberías ser arrestado e impeached por violar la Constitución. El estándar es más alto para ti, porque juraste defenderla con la mano sobre la Biblia.
Y ya que andas por ahí violando derechos, déjanos en paz a nosotros, nuestras banderas y a los migrantes que probablemente pagan más impuestos que los miserables $750 que tú diste en 2016.
¿Es esta una diatriba furiosa? ¡Claro que lo es! Porque la paciencia colectiva de este país se está agotando contigo, Donald. Y cuando el pueblo se harta, tiembla el tirano.
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