Campos de Concentración del Siglo XXI

Publicado el 21 de julio de 2025, 19:00

 

“Comen como perros, los enjaulan como pollos”: El horror de los centros migratorios bajo Trump

📍 Florida, EE.UU. – En la era Trump, la política migratoria de Estados Unidos ha dejado de ser un debate sobre leyes y fronteras para convertirse en una maquinaria de humillación sistemática. Un nuevo informe de Human Rights Watch, Sanctuary of the South y Americans for Immigrant Justice documenta abusos grotescos en los centros de detención migratoria de Florida, donde hombres, mujeres y niños son tratados con una brutalidad que recuerda a los peores regímenes del siglo pasado.

Uno de los testimonios más crudos proviene de Pedro, un migrante encerrado en el centro de detención federal de Miami. “Nos tenían esposados con las manos hacia atrás, nos tiraron la comida en platos de unicel al piso… tuvimos que comer como perros”, relató. No es una metáfora. Es el retrato literal de cómo el gobierno de Donald Trump degrada a los migrantes: forzándolos a arrodillarse para alimentarse con las manos atadas.

🗣️ En otra instalación, conocida como Alligator Alcatraz —una megacárcel migratoria construida en tiempo récord en los Everglades—, Gaetano Mirabella Costa, ciudadano italiano, declaró a la RAI: “Nos tienen enjaulados como pollos, 32 personas con tres baños abiertos. Todo el mundo puede verte hacer tus necesidades”.

En efecto, las cámaras de vigilancia están colocadas directamente encima de los baños, documentando cada movimiento de los detenidos. “Ni siquiera puedes ir al baño sin que te miren”, dijo Andrea, una mujer retenida en Krome, otra de las instalaciones. “No hay puertas, no hay privacidad. Somos tratadas como animales”.

📉 La situación se ha deteriorado considerablemente desde el regreso de Trump al poder en enero de 2025. Si bien durante la administración Obama hubo casos preocupantes —como el uso de jaulas para menores migrantes—, lo que ocurre ahora bajo Trump es mucho peor: detención masiva sin debido proceso, tortura psicológica, negación de atención médica y hacinamiento extremo.

🔒 Las cifras son alarmantes: en junio, ICE mantenía detenidas a más de 56,000 personas diariamente —un 40% más que el año anterior—, y el 72% de ellas no tenía antecedentes penales. La excusa de “criminales peligrosos” ya no se sostiene. Hoy, cualquier persona indocumentada es blanco de esta represión estatal, incluyendo quienes tienen procesos migratorios activos, o quienes simplemente intentaban salir del país con sus familias.

🧊 En Krome, los recién llegados son encerrados por días en “la hielera”, un cuarto helado sin camas ni cobijas, donde se duerme en el suelo de concreto con mantas metálicas. “No hay espacio ni para sentarse. Todos parados, temblando de frío y con las luces encendidas todo el tiempo”, denunció otro detenido.

🩺 El informe revela casos de negligencia médica grave: personas con VIH, diabetes, asma y enfermedades renales fueron privadas de tratamiento. Un hombre colapsó por una hernia estrangulada; otro tosía sangre durante horas sin recibir atención hasta que sus compañeros protestaron. La respuesta fue una golpiza por parte de un “equipo de control de disturbios”, que incluso apagó las cámaras de seguridad antes de actuar.

🚨 Los abogados también reportan que a muchos se les obliga a firmar documentos legales —incluyendo órdenes de deportación— en inglés, sin traducción ni asesoría legal. “Muchos lloraban cuando les explicaba lo que habían firmado”, contó Marcelo Gomes da Silva, un joven detenido en Massachusetts.

👮 El gobierno de Trump no solo expandió la detención migratoria a niveles sin precedentes; también la trasladó a cárceles federales y prisiones privadas donde la infraestructura se cae a pedazos y el acceso a abogados es casi nulo. En el papel, la detención migratoria es civil, no punitiva. En la práctica, se parece cada vez más a un campo de concentración.

📣 Las organizaciones exigen al Congreso reducir el presupuesto de ICE, eliminar las leyes de detención obligatoria y adoptar alternativas comunitarias. Piden que la ONU investigue los abusos en curso y que se ponga fin a las cárceles privadas para migrantes.

Porque esto no es seguridad. Es tortura institucionalizada. Y Donald Trump, con su retórica violenta y políticas fascistoides, no está defendiendo la ley: está mancillando la humanidad.


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