Los Estados Dystópicos de América: Bienvenidos... pero no tanto

Publicado el 5 de agosto de 2025, 4:48

En los Estados Unidos de Trump, ese laboratorio autoritario con fachada democrática, la política migratoria ya no se limita a expulsar extranjeros del país: ahora se trata de disuadirlos incluso antes de que se atrevan a pedir una visa. Con una combinación de paranoia, xenofobia y burocracia, el régimen naranja está montando una muralla invisible para quienes todavía sueñan con visitar la supuesta “tierra de las oportunidades”.

📜 La fianza de la vergüenza

La última ocurrencia del Departamento de Estado —publicada como regla este lunes— es un programa piloto que requerirá a ciertos solicitantes de visa de turismo o negocios pagar una fianza de hasta 15 mil dólares para poder ingresar al país. Así como lo oye: un depósito en efectivo por el “privilegio” de visitar Estados Unidos. Las nacionalidades afectadas no fueron especificadas de inmediato, pero se dirigirán a países con altos índices de personas que se quedan más allá del tiempo permitido en su visa (conocido como visa overstay) o que tienen “deficiencias en sus estándares de verificación de identidad”【Fuente: The Hill, 2025-08-04】.

La administración Trump sostiene que esta fianza funcionará como “herramienta diplomática” para presionar a los países a mejorar su control migratorio. En otras palabras, Estados Unidos castiga a los visitantes por los errores o debilidades de sus gobiernos. ¿El objetivo real? Hacer más difícil el acceso a quienes provienen del sur global, sin necesidad de construir más muros.

Las fianzas estarán en tres niveles: $5,000, $10,000 y $15,000, dependiendo de la discreción del oficial consular que procese la visa. ¿Y qué pasa si decides no viajar después de pagar? Buena suerte lidiando con la burocracia estadounidense para recuperar tu dinero.

Curiosamente, en el pasado el propio Departamento de Estado evitaba este tipo de medidas por ser demasiado “engorrosas” en su tramitación. Pero claro, en el universo Trump, la lógica administrativa siempre se sacrifica en el altar de la política del miedo.

🦠 ¿Te vacunaste en EE.UU.? ¡Castigado!

Y por si esto fuera poco, ahora resulta que vacunarse en territorio estadounidense podría costarte la visa de turista. No es una broma ni una exageración. La abogada Kathia Quirós ha advertido que hay casos de personas a quienes se les está cancelando la visa por haber recibido la vacuna contra el COVID-19 en Estados Unidos【Fuente: TikTok @shnuiihiou, 2025】.

¿Por qué? Porque las autoridades están argumentando que esos turistas —al acceder a una vacuna gratuita— se “beneficiaron” de recursos públicos, y por lo tanto, representan una carga pública. El mismo término siniestro que Trump usó durante su primer mandato para limitar la residencia legal a personas de bajos ingresos.

“Nosotros, los abogados, no creemos que eso sea correcto”, dice Quirós. “La vacunación fue un beneficio gratuito, sin importar el estatus legal de la persona.” Y tiene razón: durante la pandemia, el gobierno estadounidense ofreció vacunas sin restricciones, incluso a indocumentados. Pero hoy, esa misma generosidad se ha convertido en un arma migratoria.

En los aeropuertos ya se solicita la cartilla de vacunación. Si esta fue emitida en EE.UU., podría ser usada como prueba en tu contra. Un pinchazo en el brazo podría terminar costándote tu derecho a entrar al país por años, o de forma permanente.

🎭 El verdadero rostro de la política migratoria trumpista

Todo esto forma parte de una estrategia mayor: no solo controlar quién entra, sino también quién ni siquiera lo intenta. Bajo la administración Trump, la política migratoria ha dejado de ser una cuestión de seguridad nacional o economía para convertirse en una maquinaria de castigo ideológico. Las personas no son individuos: son riesgos, amenazas, cifras que hay que reducir a toda costa.

Y mientras se elevan fianzas absurdas, se castiga a quienes se vacunaron durante una emergencia sanitaria global y se amplían vetos migratorios, el mensaje es claro: no queremos que vengas, y si ya viniste, no queremos que vuelvas.

El experimento distópico trumpista sigue avanzando. No con tanques ni campos de concentración —aunque a veces pareciera—, sino con sellos, formularios, fianzas y un miedo bien calculado. Así se construye un muro que no se ve, pero que duele igual o más que el de concreto.


🧾Fuentes:

¿Dices que esto no es un Estado policial disfrazado de democracia? Pues dime tú qué otra cosa es.

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