
Lo que se vivió en Quantico no fue una reunión rutinaria de seguridad nacional, sino un acto político disfrazado de ceremonia militar. Donald Trump y Pete Hegseth gastaron millones de dólares en logística para concentrar a generales y almirantes de todo el mundo en un solo lugar —un riesgo operativo evidente para la seguridad nacional. Todo para que Trump pudiera lanzar su retórica de guerra interna y Hegseth insultara a los mismos oficiales que debería respetar.
Hegseth incluso los llamó “fat generals and admirals”, reduciendo a la élite militar a un blanco de burla, mientras imponía nuevas reglas de apariencia y exámenes físicos que poco tienen que ver con la estrategia de defensa y mucho con el espectáculo político.
Trump fue más allá, declarando que el enemigo ya no está en el extranjero sino en casa:
“We’re under invasion from within. No different than a foreign enemy, but more difficult in many ways because they don’t wear uniforms.”
“Estamos bajo una invasión desde adentro. No es diferente a un enemigo extranjero, pero más difícil en muchos aspectos porque no llevan uniforme.”
Con esas palabras, dejó claro que ve a millones de estadounidenses que piensan diferente como enemigos. Luego apuntó directamente a las ciudades gobernadas por demócratas:
“We have many cities in great shape, too, by the way… But it seems that the ones that are run by the radical-left Democrats… they’re very unsafe places, and we’re going to straighten them out one by one. And this is going to be a major part for some of the people in this room. That’s a war, too. It’s a war from within.”
“Tenemos muchas ciudades en gran forma también, por cierto… Pero parece que aquellas gobernadas por los demócratas de la izquierda radical… son lugares muy inseguros, y vamos a arreglarlas una por una. Y esto va a ser una parte importante para algunas de las personas en este salón. Eso también es una guerra. Es una guerra desde adentro.”
Finalmente, dio el paso más peligroso: proponer usar al ejército contra su propio pueblo.
“And I told Pete we should use some of these dangerous cities as training grounds for our military — National Guard, but military — because we’re going into Chicago very soon. That’s a big city with an incompetent governor. Stupid governor.”
“Y le dije a Pete que deberíamos usar algunas de estas ciudades peligrosas como campos de entrenamiento para nuestro ejército — la Guardia Nacional, pero ejército — porque vamos a entrar muy pronto en Chicago. Es una ciudad grande con un gobernador incompetente. Gobernador estúpido.”
Este no fue un discurso de unidad ni de defensa nacional. Fue la declaración abierta de una guerra política, una invitación a militarizar las diferencias partidistas. Trump y Hegseth transformaron a la cúpula militar en público cautivo de un acto partidista, debilitando la confianza civil-militar y poniendo a la nación en peligro.
Lo que debería preocuparnos no es el “enemigo interno” que Trump inventa, sino un presidente que convierte al ejército en herramienta de represión interna.
Fuentes:
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Reuters, Trump suggests using U.S. cities as training grounds for military (30 sept 2025)
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Associated Press, At Quantico, Trump rails against “enemy within” in military speech (30 sept 2025)
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The Washington Post, Trump and Hegseth summon generals for political theater (1 oct 2025)
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Vox, Trump’s Quantico speech was a declaration of war on dissent (1 oct 2025)
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Katie Couric Media, Trump and Hegseth’s military meeting speech directives & reactions (1 oct 2025)
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