En plena semana de Thanksgiving —esa efeméride celebrada por descendientes de europeos que desplazaron a pueblos indígenas— el presidente Donald Trump decidió “festejar” anunciando que suspendería toda inmigración desde países del “Tercer Mundo” porque, según él, Estados Unidos debe “recuperarse” del daño migratorio, según CBS News (https://www.cbsnews.com/news/trump-says-he-will-suspend-immigration-from-all-third-world-countries/). Al mismo tiempo, Trump repitió sus viejos insultos hacia naciones a las que él mismo llamó “países de mierda” en su primer mandato. Nada nuevo para un hombre que presume ser un “genio estable” mientras actúa como un bipolar político sin frenos.
Pero la verdadera locura llegó después.
EL NARCO-PERDÓN: TRUMP LIBERA A UN CAPO MIENTRAS PRESUME VOLAR LANCHAS
El viernes, Trump anunció que perdonará al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, sentenciado a 45 años en Estados Unidos por conspirar para meter 500,000 kilos de cocaína al país, según The New York Times (https://www.nytimes.com/2025/11/28/world/americas/trump-pardon-honduras-hernandez.html). Este es el mismo hombre a quien fiscales de Nueva York acusaron de operar Honduras como un narcoestado, de recibir millones de dólares de sobornos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y de proteger cargamentos por toneladas utilizando la fuerza del ejército y la policía. Mientras tanto, Trump presume haber ordenado operaciones militares que han matado a más de 80 presuntos traficantes, volando sus pequeñas embarcaciones en el Caribe desde septiembre. Todo esto en nombre de la “lucha contra el narcoterrorismo”.
Un agente de la DEA calificó la decisión de “locura”. Se quedó corto. La revista Responsible Statecraft lo resumió mejor: Trump acaba de destruir su propio argumento para una guerra antidrogas (MSN/Responsible Statecraft, https://www.msn.com/en-us/politics/government/in-pardon-of-narco-trafficker-trump-destroys-his-own-case-for-war/ar-AA1Rpleg).
HONDURAS: EL NARCO-PADRINO, EL LOBBY Y UNA ELECCIÓN MANOSEADA DESDE FLORIDA
La decisión de Trump no ocurrió en un vacío. El mismo día del anuncio del perdón, Trump declaró su apoyo al candidato hondureño Nasry “Tito” Asfura, del Partido Nacional —el mismo de Hernández— acusando al partido LIBRE de representar “el narco-comunismo”. Investigadores como Lee Schlenker explicaron que Trump y su círculo han protegido políticamente a Hernández porque es un político de derecha, empresarial, anti-socialista, con acceso a operadores de alto nivel en Washington.
VENEZUELA: GOLPES DE PECHO ANTIDROGAS MIENTRAS SE LIBERA A UN VERDADERO NARCO
Mientras liberaba a un narcotraficante sentenciado, Trump presumía estar listo para lanzar ataques terrestres en Venezuela, declarando que el espacio aéreo venezolano está “cerrado en su totalidad” y utilizando la narrativa del llamado “Cartel de los Soles” como pretexto para una intervención militar. Especialistas internacionales y organismos de la ONU han dicho que dicho cartel no funciona como una organización real. Sin embargo, según el Miami Herald, Trump presiona a Nicolás Maduro para abandonar el país de inmediato bajo amenaza de expansión militar (https://www.miamiherald.com/news/nation-world/world/americas/venezuela/article313261442.html#storylink=cpy).
Washington llegó al punto de designar al supuesto grupo como “organización terrorista extranjera”, movimiento que abre la puerta a acciones militares sin autorización adicional del Congreso de Estados Unidos. La administración incluso ha desplazado portaaviones, submarinos nucleares y aviones F-35 hacia el Caribe, todo bajo el argumento dudoso de “interdicción antidrogas”.
Caracas lo llamó “pretexto falso para una intervención extranjera”. Y no sin razón: mientras se amenaza con guerra a un narco imaginario, se libera a un narco real.
LA DOBLE MORAL DE TRUMP: SI EL NARCO ES ALIADO, SE PERDONA; SI ES SOCIALISTA, SE BOMBARDEA
Trump juega al matón del recreo: golpea a los vulnerables, perdona a los criminales que le sirven políticamente y utiliza el miedo como herramienta de poder. Suspender inmigración, deportar refugiados, cancelar beneficios, revisar tarjetas de residencia, hundir lanchas con presuntos traficantes, intervenir en Honduras, amenazar a Venezuela y, simultáneamente, liberar al responsable de medio millón de kilos de cocaína.
Si la política exterior de Trump tuviera un eslogan honesto, sería: “Drogas no… a menos que las traiga mi cuate.”
México, Centroamérica y el Caribe reconocen ese doble rasero desde hace décadas. Pero esta vez, Trump lo gritó desde Mar-a-Lago, sin pudor ni coherencia.
Y mientras él juega al emperador desequilibrado del hemisferio, la pregunta es inevitable: ¿quién nos protege de un presidente que dice combatir narcotraficantes mientras libera a los peores entre ellos?
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