Si Donald Trump tuviera corazón, ya lo habría empeñado en una de sus bancarrotas. Pero no: al señor le gusta gobernar como si México fuera su piñata personal. Y esta semana, el Ogro Anaranjado volvió a demostrar que su odio hacia México no es casualidad—es política oficial.
Empecemos con su berrinche acuático. A pesar de que México sí ha enviado agua adicional al Río Bravo —como lo aclaró el propio gobierno mexicano— Trump se aventó a amenazar con un arancel del 5% porque, según él, México “debe” 800,000 acres-pie del tratado de 1944. Todo eso mientras ignoraba que la sequía histórica y el cambio climático complican los envíos, algo que México ya explicó y ya está atendiendo con un compromiso de 420,000 acres-pie. Pero Trump no quiere diálogo: quiere extorsión.
🔗 Politico: https://www.politico.com/news/2025/12/08/trump-tariffs-mexico-rio-grande-water-00682220
Y mientras se queja del agua, también amenaza con volarse el T-MEC, el mismo acuerdo que él firmó y que ha mantenido los precios estables para consumidores estadounidenses. ¿Qué pasaría si lo destruye? Precios más altos para todo: carros, electrónicos, comida… porque sin el T-MEC, Trump le aventaría tarifas de 25% a México como si fueran confeti tóxico. Hasta economistas conservadores han señalado que gracias al T-MEC se han evitado aumentos masivos de precios.
🔗 MSN / CNN Business resumen: https://www.msn.com/en-us/news/politics/trump-is-threatening-to-get-rid-of-one-of-the-biggest-reasons-prices-have-remained-in-check/ar-AA1RMhC6
Pero lo más asqueroso viene con “Operation Irish Goodbye”, una propuesta digna del Darth Vader de la frontera. Bajo esta nueva ocurrencia, Trump enviaría agentes de ICE a arrestar a migrantes que están saliendo voluntariamente del país. Sí, aunque hayas comprado tu boleto, aunque tú mismo hayas decidido regresarte a México por Navidad, el gobierno te puede interceptar, esposar y meter a procesos de deportación solo para inflar los numeritos de Trump.
🔗 HuffPost: https://www.huffpost.com/entry/ice-plan-undocumented-immigrants-border_n_69371e0ce4b0020dff816622
En pocas palabras:
– México cumple tratados → Trump castiga.
– T-MEC mantiene precios bajos → Trump amenaza con romperlo.
– Migrantes deciden regresar a su país → Trump los quiere arrestar.
Esto no es diplomacia. No es firmeza. No es “poner a América primero”.
Es puro odio. Es mezquindad. Es un ataque directo y deliberado contra México y los mexicanos.
Trump no solo no tiene corazón. Tiene hígado, rencor y un chip anti-México que nunca ha ocultado. Y si alguien todavía cree que este señor respeta a nuestro país, que le dé una mordida a un taco de habanero naranja, en honor a su color favorito. A ver si así despierta.
Porque odiar a México nunca se vale.
Y permitirlo… menos.
Porque a México no se le odia:
se le canta, se le respira, se le defiende.
Porque este país no es un mapa:
es un pulso, un maíz, un idioma que arde.
Y el que lo desprecia —como cierto tirano color cítrico—
no odia a un vecino: odia a un gigante que no entiende.
A un pueblo que, incluso herido, sigue de pie.
A una tierra que no se rinde ni cuando le llueve fuego.
México no pide permiso para existir.
México late. México ruge. México se levanta.
Por eso odiarlo es un pecado sin perdón.
Y dejar que lo odien…
es traicionar la sangre que nos sostiene.
Añadir comentario
Comentarios