Aquí no hay eufemismos ni diplomacia. Hay dientes, hay imperios y hay memoria histórica.
“Partirle los dientes al imperio norteamericano”. No es una metáfora tibia. Es la respuesta frontal de Nicolás Maduro al rugido bélico de Donald Trump, quien desde Washington volvió a jugar al César moderno declarando que el presidente venezolano “tiene los días contados”. Dos frases. Dos visiones del mundo. Y una sola realidad: el choque directo entre el sueño bolivariano y el nuevo monroísmo armado del trumpismo.
Maduro lanzó su advertencia en Caracas, durante la conmemoración del aniversario ciento sesenta y seis de la Batalla de Santa Inés, una fecha cargada de simbolismo antiimperialista. No habló solo de fusiles y misiles; habló de pueblo. De campesinos, pescadores y trabajadores convertidos en defensores de la soberanía. “Las mismas manos productivas son las que agarran los fusiles”, dijo, dejando claro que la Revolución Bolivariana no se concibe sin resistencia. No es bravuconería: es doctrina histórica.
https://www.minutouno.com/mundo/nicolas-maduro-pidio-toda-venezuela-estar-preparados-romperle-los-dientes-estados-unidos-n6222931
Del otro lado del tablero, Trump no se quedó en palabras. Ordenó la incautación del petrolero más grande jamás confiscado, en una operación militar digna de película, con helicópteros, rifles y cámaras listas. Piratería con bandera, dicen en Caracas. “Ejecución de sanciones”, dice Washington. Pero todos entienden el mensaje real: el petróleo venezolano sigue siendo el botín, y el régimen de Trump ya no finge pudor.
https://www.turkiyetoday.com/world/putin-holds-call-with-maduro-backs-venezuela-after-us-seizes-oil-tanker-3211205
La respuesta no tardó en cruzar el Atlántico. Vladimir Putin levantó el teléfono y cerró filas con Maduro, reafirmando una alianza estratégica que va mucho más allá del discurso. Energía, finanzas, armamento y respaldo político. Moscú no apuesta por romanticismo revolucionario: apuesta por intereses, petróleo y geopolítica dura. Y eso es justo lo que aterra a Washington.
Tanto, que en Estados Unidos ya desempolvan los fantasmas de la Guerra Fría. El congresista Mario Díaz-Balart aseguró que Rusia ya tendría misiles nucleares en Venezuela, comparando el momento con la crisis de Cuba de mil novecientos sesenta y dos. Exageración o no, el dato incómodo es real: bombarderos nucleares rusos Tu-160 han aterrizado en Caracas, y el Kremlin tiene miles de millones invertidos en la supervivencia del chavismo.
https://www.news.com.au/technology/innovation/military/nukes-in-venezuela-us-politicians-claim-about-russia/news-story/a3f1b2d1ff3766d510d72d2347f09130
Y como todo imperio envalentonado nunca se detiene en una sola frontera, Trump ya apunta al siguiente blanco. Esta semana lanzó una amenaza directa contra el presidente colombiano Gustavo Petro: “Él será el próximo”. Bajo el viejo libreto antidrogas, Washington vuelve a insinuar cambios de régimen como si América Latina fuera un tablero de Risk. Petro respondió con claridad: amenazar la soberanía es declarar la guerra.
https://www.the-express.com/news/politics/193159/donald-trump-warning-colombia-venezuela
En este contexto, “partirle los dientes al imperio” deja de ser una frase incendiaria y se convierte en consigna. Defensa, no agresión. Resistencia, no sumisión. El sueño bolivariano —con todas sus contradicciones— sigue plantado frente a un Trump que confunde poder con intimidación y democracia con cañoneras.
Esto no va de Maduro como individuo. Va de si América Latina vuelve a agachar la cabeza… o enseña los dientes.
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Comentarios
Esta visto que este presidente no tiene respeto por nadie, y todo lo hace con el fin de seguir llenando sus bolsillos de dinero y crae cortinas de humo para tapar sus fechorías, ojalá y estemos llegando al fin de sus tonterías y el pueblo norteamericano tendrá que pagar por los errores de sus políticos , esperamos que fin llegue alguien que le responda sin temor y logré bajar sus humos y gobernar como se eebe